Museo Néstor: El País Donde Sale El Sol.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

         Hace poco tuve el placer de asistir a la exposición que se realiza en el Museo Néstor sobre estampas japonesas, en la exposición llamada  “El País donde sale el sol”, perteneciente a la colección Montesdeoca García-Sáenz, y dirigida por el mismo coleccionista, Daniel Montesdeoca García, dirigida a dar una visión general sobre los tipos de estampación que se llevaba a cabo en Japón, conocidos especialmente en Europa desde finales del siglo XVIII y el siglo XIX. Su nombre original es Ukiyo-e, significa “agradable” y “pintura”, y dentro de este estilo podemos encontrar en Japón diversos autores que eran importantes, pero que a su vez, en los estudios de hoy en día, podemos observar que cambiaban de nombre según la situación. 

             Estas estampaciones fueron una fuente de influencias para muchos artistas, como se puede apreciar por el gusto por los colores vivos que podemos encontrar en las obras de arte Nabis, y el gusto por el espacio notable en los artistas Modernistas. Llegaría a Europa recubriendo diversos productos nipones, como la cerámica, los parasoles, los abanicos y otros productos de lujo que llegaban desde Oriente a las distinguidas casas de la alta burguesía y la nobleza europea. Cuando llegaban estos productos de lujo a las casas, algunos de los que recibían mercancía nipona comenzaron a darse cuenta de lo delicado y bello que eran las imágenes recreadas en los papeles que recubrían los objetos recién llegados. Así fue como comenzaría a crearse un gusto por el coleccionismo de estampas procedentes de Japón.



Este tipo de estampas se realizaba mediante la técnica de impresión de la xilografía o grabado, un modo de reproducción por el cual se iba recreando por capas la escena. En primer lugar, la primera tabla usada para realizar esta técnica, era la que imprimía en el papel el contorno de la figura a realizar, posteriormente se iban colocando diversas capas de tablas, las cuales irían dibujando fondos, colores, detalles, incluso la caligrafía, a lo largo de todo el conjunto que formaría la imagen impresa de las estampas japonesas. Así, se formaba la imagen completa, que era usada tanto para el propio disfrute por la imagen, para la publicidad, e incluso eran usadas en los periódicos para anunciar actos.

Son imágenes naturalistas, que representan escenas cotidianas de la vida nipona. Los países, los viajes, las bellas mujeres, y los paisajes que podían encontrarse en esos viajes que realizaban a través de su país, son escenas comunes, además de las casas de té, las casas donde podían encontrar a las geishas, y las propias artes cotidianas que estas  artistas de la tradición japonesa podían llevar a cabo, como por ejemplo el ikebana, una decoración floral que es un arte en sí mismo, ritualizado y minucioso, para poder llenar de armonía un centro de mesa floral, y también las acciones de la ceremonia del té. Además de las escenas cotidianas, otro de los más representativos de las estampas japonesas son las escenas referidas al teatro tradicional, el teatro Kabuki japonés, del cual las telas y las máscaras son totalmente representados, aunque he de decir que personalmente me ha parecido curioso que no se llegaran a representar a los actores sin pelucas ni ornamentos, puesto que muchos tienen el cabello teñido de color violeta, y en cambio esto demuestra que lo que interesaba representar no era la realidad de un gremio sino la importancia de un arte escénico, musical y de danza, que es muy representativo de las artes variadas japonesas.


Cabe destacar también la importancia del simbolismo en cada una de las estampas, como con el ejemplo que se dio con la estampa Shijúrakara, en la cual encontramos un pequeño pájaro posado sobre unas ramas, que se encuentran sin terminar, a falta de una gran flor, y que es representativo de una familia nipona en específico. Cualquier japonés que hubiera visto –terminado y en su contexto– esta estampa, sabría perfectamente a qué familia pertenecía esa imagen. También llama la atención la falta de fondo en algunas imágenes, las figuras se encuentran flotando de alguna manera en el espacio, pero a la vez, el espectador, denota que sí existe un espacio y un lugar delimitado en donde se encuentra esa figura.

Al igual que en el arte europeo, estas estampaciones se dividían por estilos, no solo por el tipo de escena que se fuera a representar, sino también por los colores usados. Como con autores como Picasso, nos encontramos periodos por colores, dentro de las estampaciones japonesas se dividía entre rojas, azules…etc. Pero igualmente también podemos encontrar desnudos o escenas eróticas, en las cuales también vemos cierta idealización y realidad a la vez, son estampas que en Japón están prohibidas exhibirlas, pero en el caso la exposición que nos atañe pudimos contemplar una de ellas.

Así pues, sólo puedo concluir que el hecho de poder  ver de cerca este tipo de arte tradicional y artesano ha sido un placer, puesto que la curiosidad por aprender más sobre el arte nipón es algo que siempre he tenido. Además de poder gozar de una visita totalmente guiada por el Museo Néstor, aprendiendo sobre la vida y obra de este autor canario que también se vio influido por la cultura oriental que llegaba a Europa a través de diversos productos suntuarios.


Al final os dejo el link del museo con la información de la exposición:

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